Modelo ARA: 1-AUTOCONSCIENCIA

¿Diario de sueños? ¿Meditación? ¿Reflexión Crítica? ¿Pruebas de Realidad? ¿Suplementos?… ¿Qué es lo que realmente sirve para desarrollar la lucidez y porqué?

Si hay algo que compartimos la mayor parte de la comunidad onironauta es nuestro afán por descubrir qué es lo que funciona.

Eso nos lleva a picotear de varias fuentes y autores. Leemos a Stephen LaBerge, Carlos Castaneda, Michael Raduga, Charlie Morley, Andrew Holecek, Oliver Fox, Robert Monroe, Robert Bruce, William Buhlman, Thomas Yuschak, Rudolph Steiner, Samael Aun Weor… Por no hablar de foros, blogs, webs, canales de Youtube, etc.

Esa información recopilada nos hace por una parte enamorarnos cada vez más del fenómeno del soñar lúcido, y por otra parte potenciar nuestro deseo de compartir con los demás lo descubierto.

Y como decía un amigo de la lucidez: «el deseo de compartir nos convierte en una comunidad tremendamente generosa». Nos entusiasma poder compartir el último libro, vídeo, post que nos ha hecho tilín y que creemos que puede ser la clave para el soñar lúcido.

Esa es la cara. Pero hay una cruz.

La infoxicación.

Estamos tan saturados de información, que perdemos la perspectiva de lo que es esencial y lo que es accesorio.

Hasta tal punto que perdemos el foco y acabamos dedicando más tiempo a buscar y consumir el siguiente libro, vídeo, post, que a realizar una práctica efectiva.

Con este post y los siguientes te quiero proponer un modelo descriptivo de los 3 factores que toda práctica debe tener en cuenta.

Si quieres dar en la diana de la lucidez, incorpora en tus hábitos herramientas que desarrollen de forma equilibrada cada uno de estos 3 factores.

Como dice otro amigo de la lucidez: «la cadena se rompe por el eslabón más débil«.

Así que comprueba cuál de estos factores tienes más olvidado y sácale punta para ponerlo al nivel de los otros. Cuando encuentres algo que te ayude a desarrollar un factor, no hace falta que sigas buscando. Deja de buscar y practica, practica y practica.

MODELO ARA DE LOS 3 FACTORES DE LA LUCIDEZ

El modelo ARA de los 3 factores surge a raíz de mi necesidad personal, en este punto del viaje, de organizar la información acumulada hasta ahora.

Y de la intención de poder colocar en una estructura organizada la info futura que pueda llegar, para discriminar si debo incorporarla a mi práctica o no.

Como creo que puede resultar útil para el resto de la comunidad soñadora, aquí va para quien lo quiera incorporar como mapa.

Las diferentes corrientes que trabajan el sueño lúcido proponen diversas técnicas. Todas ellas llevan al desarrollo de uno o más de los siguientes 3 factores: AUTOCONSCIENCIA, RESERVA LÚCIDA y ACTIVACIÓN.

Poco a poco iremos desgranando cada uno de estos factores. En este artículo voy a hablarte de la AUTOCONSCIENCIA.

¿QUÉ ES LA AUTOCONSCIENCIA?

Es la capacidad de ser consciente de la propia consciencia. Si te fijas, cuando somos conscientes, somos conscientes de algo. Ese algo pueden ser sensaciones (externas o internas), pensamientos o emociones.

Pero también podemos ser conscientes de la propia consciencia. A ésto es a lo que llamamos AUTOCONSCIENCIA.

Ser consciente de sensaciones, pensamientos o emociones sería un procesamiento de primer nivel. La autoconsciencia sería un procesamiento más elaborado, de segundo nivel.

NIVELES DE AUTOCONSCIENCIA

Imagen de My pictures are CC0. When doing composings: en Pixabay

De acuerdo con Philippe Rochat, psicólogo de la Universidad de Emory especializado en psicología evolutiva y en el desarrollo cognitivo en bebés, podríamos hablar de 6 niveles de autoconsciencia, en función de la reacción de un individuo frente a su reflejo en un espejo.

  • Nivel 0: Confusión. En este nivel, el individuo tiene un grado de autoconciencia cero. Esta persona no es consciente de ningún reflejo del espejo o del espejo en sí. Perciben el espejo como una extensión de su entorno. El nivel 0 también se puede mostrar cuando un adulto se asusta a sí mismo en un espejo confundiendo su propio reflejo con otra persona sólo por un segundo.
  • Nivel 1: Diferenciación. El individuo se da cuenta de que el espejo puede reflejar cosas. Ven que lo que está en el espejo es diferente de lo que los rodea. En este nivel, pueden diferenciar entre su propio movimiento en el espejo y el movimiento del entorno circundante.
  • Nivel 2: Situación. En este punto, un individuo puede vincular los movimientos en el espejo con lo que se percibe dentro de su propio cuerpo. Este es el primer indicio de autoexploración en una superficie proyectada donde lo que se visualiza en el espejo es especial para el yo.
  • Nivel 3: Identificación. Esta etapa se caracteriza por la nueva capacidad de identificarse a sí mismo: un individuo ahora puede ver que lo que está en el espejo no es otra persona sino en realidad él mismo. Se ve cuando un niño, en lugar de referirse al espejo mientras se refiere a sí mismo, se refiere a sí mismo mientras se mira en el espejo.
  • Nivel 4: Permanencia. Una vez que un individuo alcanza este nivel, puede identificarse a sí mismo más allá de la imagen especular actual. Son capaces de identificarse a sí mismos en imágenes anteriores luciendo diferentes o más jóvenes. Ahora se experimenta un «yo permanente».
  • Nivel 5: Autoconciencia. En este nivel, no solo se ve el yo desde una vista en primera persona, sino que se comprende que también se ve desde una vista en tercera persona. Empiezan a comprender que pueden estar en la mente de los demás. Por ejemplo, cómo se ven desde un punto de vista público.

Como ves, la Autoconciencia de nivel 5 tiene mucho que ver con la experiencia que se tiene en los sueños lúcidos. Cuando soñamos de forma lúcida, no sólo te percibes en primera persona, como ocurre en un sueño ordinario, sino que también te percibes en tercera persona.

CONSCIENCIA PRIMARIA vs CONSCIENCIA SECUNDARIA

De acuerdo con Voss (2009), los sueños ordinarios tienen características de consciencia primaria, donde los componentes principales son la percepción y la emoción, a diferencia de la consciencia secundaria, presente en los sueños lúcidos, donde predomina la autorreflexión y metacognición.

Esta distinción entre consciencia primaria y secundaria también se da en vigilia, como
por ejemplo en la divagación mental o en las conductas automáticas, en las que la atención no se encuentra en la experiencia presente (consciencia primaria), a diferencia del estado de atención en el presente (consciencia secundaria).

De hecho, varias investigaciones muestran que nuestro procesamiento cognitivo durante la vigilia y el sueño están relacionados.

Por ejemplo LaBerge (1997) mide las semejanzas y diferencias entre estos dos estados y concluyen que existen más semejanzas que diferencias en el procesamiento cognitivo entre ambos estados.

O sea, que según como proceses en vigilia, así vas a procesar en el sueño.


En esta línea, Domhoff (2011) propone que el sueño podría ser un subsistema de la red neural por defecto. La red neural por defecto son aquellas estructuras cerebrales que se activan cuando el cerebro está en reposo y que están relacionadas con estados de ensoñación, divagación mental y simulación interna de eventos autobiográficos sobre el pasado y el futuro.


Domhoff sostiene que la divagación mental es más pronunciada cuando existe bajo nivel de metaconciencia. Y, de igual manera, cuando hay bajo nivel de metaconciencia raramente el soñador se da cuenta de que está sonando.


En los mismos términos se encuentra la propuesta de Fox (2013), quienes sostienen que el sueño puede ser entendido como una versión «intensificada» de la divagación mental en vigilia. Aunque los sueños se diferenciarían en que son divagaciones más largas, visuales e inmersivas.

Imagen de John Hain en Pixabay

LOS 4 SUBFACTORES DE LA AUTOCONSCIENCIA

Te voy a presentar 4 aspectos de la Autoconsciencia que puedes desarrollar y que van a mejorar tu práctica lúcida:

  1. Metacognición: es la capacidad de darte cuenta del funcionamiento de tus procesos mentales. Lo que piensas sobre tu proceso de pensamiento. Hacerte consciente de cómo eres y cómo funcionas desde el proceso cognitivo.
  2. Exterocepción: se refiere a la percepción de estímulos externos al cuerpo, por cada uno de los 5 sentidos: vista, oído, tacto, gusto, olfato.
  3. Interocepción: se trata de la percepción del estado interno del cuerpo. Te permite hacerte consciente de las «sensaciones sentidas». Por ejemplo cuando acabas de conocer a alguien y no sabes porqué pero te ha dado «buen rollo». El «buen rollo» es una sensación sentida interna, corporal e inespecífica, pero que te aporta una información sobre un evento concreto.
  4. Propiocepción: aunque en realidad es un sentido interoceptivo, creo que es interesante tenerlo en cuenta aparte. La propiocepción es el sentido que informa de la posición de los músculos. Es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. La propiocepción regula cómo va a ser el movimiento e interviene en el desarrollo del esquema corporal y en la relación cuerpo-espacio.

El entrenamiento en cada uno de estos subfactores te va a aportar beneficios en tu experiencia lúcida. Así que te animo a tenerlos en cuenta.

¿CÓMO ENTRENAR LA AUTOCONSCIENCIA?

Mindfulness:

La capacidad de autoconsciencia del nivel 5 se alcanza de forma natural con el desarrollo evolutivo del individuo. Es en el nivel que se encuentran la mayor parte de los adultos. Pero además, una vez que nos instalamos en ese nivel, esa capacidad puede seguir desarrollándose.

Por ejemplo con la práctica del Mindfulness, o atención plena. El concepto de Mindfulness se puede entender desde tres puntos de vista:

  1. Mindfulness estado: se trata de un estado particular de atención al presente, momento a momento, sin juzgar.
  2. Mindfulness rasgo: todas las personas tienen una mayor o menor capacidad de estar en mindfulness. Es por tanto un rasgo de personalidad, que además se puede entrenar.
  3. Mindfulness práctica: las diferentes prácticas que llevan a ese estado particular, o a desarrollar el rasgo, también se denominan Mindfulness. Por ejemplo la meditación.

Se sabe que la práctica de Mindfulness lleva al desarrollo de la consciencia metacognitiva (Jankowski, 2014), y puesto que la metacognición es uno de los subfactores que favorecen los sueños lúcidos, practicar Mindfulness es una gran idea si quieres mejorar tu lucidez.

De hecho, hay estudios que encuentran una correlación entre practicar meditación y la frecuencia de sueños lúcidos (Hunt, 1988; Gackenback 1986).

Ejercicio Físico:

Además si realizas cualquier otra práctica física (correr, artes marciales, tonificación, yoga, chikung…) y la realizas en estado de atención plena, te puede servir para desarrollar la metacognición y la propiocepción.

Incluso si das un paseo por el parque en estado de atención plena, observando lo que sea que aparezca en tu campo visual, escuchando lo que sea que puedas oír, sintiendo lo que sea que puedas sentir, estás haciendo una práctica muy interesante para el desarrollo de la exterocepción.

Reflexión Crítica:

¿Te suena la técnica de la reflexión crítica que consiste en preguntarte a lo largo del día «¿Estoy soñando?» y hacer una prueba de realidad para comprobarlo? Funciona no tanto porque en algún momento de un sueño te harás esa pregunta, que eso puede pasar puntualmente. Sino porque al «jugar» a la reflexión crítica, te obligas a estar presente en tu presente, y eso te ayuda a fortalecer tu autoconsciencia.

Por eso las apps que disparan alarmas para avisarte de que hagas la prueba de realidad no son muy efectivas. Eventualmente pueden servir, pero a la larga lo que te interesa es que seas tú quien se haga consciente de tu estado en el presente.

Prácticas Energéticas:

Hay otras prácticas como la OLVE (Oscilación Longitudinal Voluntaria de Energía) que propone la IAC (International Academy of Consciousness), la técnica NEW (New Energy Ways) de Robert Bruce así como el Chi Kung, tensegridad, reiki y cualquier otra técnica cuyo mecanismo de acción sea el movimiento de la «energía» interna del cuerpo pueden ser útiles porque desarrollarían la consciencia interoceptiva.

Diario de Sueños e Introspección:

El trabajo con el Diario de Sueños o determinadas prácticas introspectivas también ayudan a mejorar la metacognición. Por ejemplo en el training VULKANO se propone un tipo de meditación particular «A Través del Espejo» que facilita el desarrollo de la metacognición, exterocepción e interocepción, además de ayudar a difuminar los límites entre la realidad de vigilia y la realidad del sueño.

¿CÓMO ES TU PRÁCTICA?

Y en tu caso, ¿Qué tipo de prácticas realizas para favorecer la autoconsciencia?

¿Qué tal te funcionan?

¡Cuéntanoslo en los comentarios!

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